
Cuando salí a la calle, todo había cambiado. Era como si todo estuviera abandonado. No había vida, ni una flor que desprendiera su aroma, ni un pájaro que cantara. Seguí caminando por la vereda, observando este paisaje desconocido. Los edificios estaban en ruinas, desprendían polvo constantemente. No habían autos ni camiones ni nada, era una ciudad abandonada. ¡Crrrr! Escuché algo, me di vuelta y choqué con un poste, me caí al suelo. Tendido en una equina, en la cual se interceptaban dos grandes avenidas, empecé a observar el cielo que estaba despejado. Observaba un punto que no se movía. En ese momento me di cuenta que el cielo podía cambiar de color. Cuando comprendí, me di vuelta apoyándome en mi brazo izquierdo, y vi una cafetería. Sin saber porque caminé hacia ella, ya adentro me senté en una mesa, y apoyándome en mis brazos mirando hacia el suelo decidí dormir. Pero en ese momento, se escuchó algo, un aroma a café me rodeo, y una conversación entre un grupo de amigos me hizo levantarme. Una mesera llegó a mi mesa, para pedirme la orden. Le pedí un milkshake.
Parecía feliz por su trabajo.
Parecía feliz por su trabajo.
3 comentarios:
Una idea interesante sería ver a Mr. Bean enfrentándose al fin y resurrección del mundo
Tal vez Mr.Bean ser�a una de las principales causas del fin del mundo.
Pato: ya va siendo hora que renueves tu blog con variadas narraciones.
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