
Mientras aquella melodía caminaba por el espacio, era acompañada por destellos de notas abstractas que subían y subían, siempre bailando en pareja, en forma de espiral. Cuando caían subían con más fuerza, hasta que una vibración de armonía hermosa, de forma compleja y completa, se desplazara y tocara todo a su alrededor, logrando hipnotizar a todos los oyentes. En muchos, logró derramar una melancolía, que señalaban muchos recuerdos, hasta que la última vibración muriera en un silencio de melodías perfectas.
Se vió la verdadera luz.
Se vió la verdadera luz.